Huevos

Huevos

Para el hombre primitivo, dotado de una mentalidad mucho menos tortuosa que la nuestra, el problema del huevo y la gallina no se planteaba: reconocía en el huevo el comienzo de la vida, y como tal lo celebraba. En este contexto comenzó el pueblo a decorar los huevos, como símbolo de primavera y de fertilidad. En cocina, se sigue celebrando el huevo de gallina. Tan indispensable para el cocinero como rico en vitaminas y minerales, es uno de los alimentos más valiosos y más versátiles. Existe la creencia, sumamente difundida aunque erronea, de que los huevos rubios son de alguna manera mejores que los blancos (los turcos llegan incluso a he

Cómo cocinar los huevos

Cómo cocinar los huevos

Un huevo batido es adecuado para espesar sopas, guisos y salsas, porque el calor hace que se coagule y mantiene en suspensión el líquido. La yema cruda mantiene en suspensión el aceite o la mantequilla, y a esta feliz circunstancia debemos algo tan delicioso como la mayonesa y la salsa holandesa. Como es pegajoso, el huevo sirve para amalgamar mezclas de croquetas, rellenos o hamburguesas. En cuanto a preparaciones que se han de freír en abundante aceite hirviendo, pasarlas por huevo batido no solo sirve para que el pan rallado se adhiera, sino para que la película protectora del huevo impida que la comida se impregne de grasa. Pincerlar

Otros huevos

Otros huevos

No hay otras aves que se hayan mostrado tan amables como la gallina doméstica, que pone hasta 250 huevos por año, pero con los huevos de gallina no se acaba el cuento. Los huevos de avestruz (de los que uno equivale a dos docenas de huevos de gallina) actualmente se ven muy raras veces, pero la reina Victoria probó uno, con el que se había preparado una enorme tortilla, y lo encontró muy bueno. Los huevos de pato son sumamente ricos en claras gelatinosas, de modo que, aunque de buen sabor, quedan mejor en flanes, mousses y otros tipos de budines. Los huevos de ganso también son buenos para tortillas, flanes y mousses. Los huevos de codorn