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Estas vainas curvas y puntiagudas son originarias de Africa, pero se han difundido en América, donde les cabe un importante papel en la cocina criolla.
Por su sabor, recuerdan a las berenjenas, pero son de textura mucilaginosa, que da cuerpo a los guisos a los que se añade esta vaina.
Mediante cruces se han conseguido variedades de distintos colores y superficies, pero el gombo verde y octogonal es el que habitualmente se vende en Occidente.
Se han de comprar vainas firmes y crujientes, evitando las que estén arrugadas o dañadas.
El gombo se cocina entero, cortándole ambas puntas, pero cuidando de no dejar al descubierto las semillas y la parte jugosa del interior, porque entonces se abriría y deformaría durante la cocción.
Cocidos en agua hirviendo salada hasta que estén tiernos, se pueden servir con una salsa de tomates o simplemente con mantequilla.