Cardos

Libro de cocina
[Gastronomía]


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De la misma familia que la alcachofa, el cardo se cultiva por sus tallos; su sabor se parece vagamente al de la alcachofa.

Si se deja crecer también da una cabeza más pequeña que la alcachofa y más espinosa, que se puede comer de la misma manera, pero lo que llega a las tiendas son las partes inferiores de la planta, que parecen un apio demasiado crecido, entre gris y verde.

Como al apio, también al cardo se lo entierra para blanquear los tallos, con lo que éstos obtienen su delicada textura y su sabor delicioso.

Para prepararlos hay que quitarles la piel, que es fibrosa y espinosa en los bordes, blanquearlos en agua hirviendo y después cocinarlos durante unos 30 minutos en agua acidulada, ya que, lo mismo que las alcachofas, los cardos se oscurecen fácilmente después de cocidos.

Se sirven con una bechamel o salsa de queso, o a la piamontesa rociados con una salsa de anchoas, aceite y ajo, o simplemente con mantequilla derretida.