Tiempo aproximado de lectura (en minutos): 1
Esta rarísima criatura de piel coriacea es sumamente apreciada en Provenza, donde se acompaña con una generosa provisión de vino blanco.
Se encuentra adherida a las rocas o al fondo del mar, donde absorbe el agua por uno de sus conductos que tiene y la expulsa por otro.
Al abrirla por la mitad se encuentra en su interior una parte amarilla, que se come cruda.