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Desde siempre han sido muy apreciados junto con los caracoles de mar.
Guía para la compra: son mejores en verano, y se venden vivos; también se pueden comprar enlatados.
Los mejores métodos de cocción: se comen crudos, o hervidos en un caldo corto hasta que se abran.
También se hace con ellos una espléndida sopa, combinándolos con mejillones, ajo, patatas, tocino ahumado y leche; son buenos para agregar a arroces y frituras, y también se pueden guisar en una espesa salsa de tomates y servirlos con pastas.