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En la aldea escocesa de Findon, no lejos de Aberdeen, se inventó el método para curar este pescado, que le da su característico color pálido.
Originariamente, los pescados —descabezados— se secaban y curaban con humo de algas marinas.
Por obra de un proceso modernizado, el eglefino ahumado escocés se prepara ahora muy lejos de Escocia, lo mismo que sus imitaciones: filetes de salmónidos teñidos artificialmente de color amarillo brillante y a los que se da sabor ahumado mediante procedimientos químicos.
Es fácil diferenciarlos de los auténticos, porque el color los traiciona por completo.
El eglefino ahumado se come caliente, asado a la parrilla o escalfado, en leche o agua, para servirlo simplemente con mantequilla.
También se usa para preparar platos como el eglefino ahumado a la crema de Nueva Inglaterra, o el kedgeree anglo-indio (pescado, arroz hervido, huevos y condimentos) o la versión escandinava del eglefino ahumado, que se sirve con zanahorias, huevos duros y mantequilla.
En Escocia se come el Ham and Haddie, usando la variante más pálida del pescado, preparada en Moray Firth, y friéndolo en la grasa obtenida al derretir algunas lonchas de jamón ahumado.