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Gigantesco entre los pescados planos, el halibut puede llegar a medir 2 m de largo; tampoco es, en realidad, especialmente plano.
La parte superior es de un color marrón que oscila entre el claro y oscuro, y la inferior de un blanco perlado.
De sabor, es casi tan bueno como el rodaballo, aunque sin ser tan suculento, tiene la ventaja de ser más barato.
Guía para la compra: se lo encuentra todo el año.
Es mejor cuando es pequeño: un halibut joven, de menos de un kilo y medio, es un almuerzo o cena muy adecuada para cuatro a seis personas, según cómo se lo sirva.
Los más grandes se venden en trozos, chuletas o filetes.
Se ha de evitar comprarlo congelado, porque es desabrido y seco.
Los mejores métodos de cocción: escalfado o asado, con una buena salsa —de langosta, huevo o perejil— o con mantequilla derretida.
Cuando es muy fresco, también es bueno preparado como ceviche.