Mostazas alemanas

Libro de cocina
[Gastronomía]


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Hecha con una mezcla de harina de mostaza fuerte y vinagre, la Senf, la mostaza alemana, combina generalmente un gusto picante y un aroma.

Está a medio camino entre el sabor terrestre y aromático de la de Burdeos y la fuerte y picante mostaza inglesa.

En el norte de Alemania la sirven a cucharadas.

Los paladares más fuertes buscan las llamadas scharf o extra scharf, fuerte o extra fuerte.

En Alemania se consume muchísima mostaza, preparada especialmente para acompañar la profusión de embutidos del tipo de las salchichas de Frankfurt: knackwurst, bockwurst y dampfwurst, y naturalmente, las de Frankfurt.

Por ello no es sorprendente que los bávaros y otros alemanes del Sur, cuyos pálidos embutidos locales se hacen con carne de ternera y son conocidos como weisswurst, los acompañen con una mostaza suave y pálida: dulce y de grano grueso, la más adecuada para ese tipo de embutidos suaves, que se comen fritos hasta dorarlos.

En las provincias renanas prefieren una mostaza con hierbas, que consideran excelente para comer con cordero; tan aficionados son los alemanes a este condimento que hay incluso una mostaza a la que llaman Diätssenf —mostaza dietética—, de color verde y sin sal, destinada a la gente que sigue regímenes sin sal.