Yogur

Libro de cocina
[Gastronomía]


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Al yogur se le atribuye el poder de conservar la salud y prolongar la vida, y en los países donde su uso es tradicional se prepara diariamente.

Se come como postre, y también se utiliza mucho como marinada para carnes, en la preparación de sopas y ensaladas e incluso en la cocción de algunos platos.

Para este uso es menester someterlo antes a un tratamiento que impida que se separe.

Es fácil preparar un buen yogur en casa, con el más simple de los equipos: un tazón de barro o una pequeña yogurtera.

Los comerciales se hacen agregando a la leche descremada o baja en grasas un cultivo de lactobacillus bulgaricus, lactobacillus acidophilus o streptococcus thermophilus. Una combinación de los tres produce la variedad de yogur más ácida, con frecuencia considerada como la más sabrosa.

A algunas variedades, especialmente a las que vienen con fruta incorporada, se les han agregado sólidos de leche, crema y gomas o gelatinas comestibles, pero ninguno de estos ingredientes contribuye al sabor ácido del yogur —que es especialmente deseable en la cocina— ni tampoco saben mucho a yogur.

Tampoco son adecuados, como el yogur natural, para quienes siguen una dieta de bajo contenido en grasas.

Aunque algunos yogures vienen con la indicación expresa de «vivos», los únicos que en realidad no lo son son los que han sido esterilizados.