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Las sandías de tamaño mucho mayor que los melones, y de forma oblonga o redonda, son una especie completamente diferente, originaria de Africa tropical y de la India.
Las sandías redondas y pequeñas, que van de 2,5 a 4,5 kg, y son de carne roja y dulce y semillas negras, pueden tener la corteza de un verde oscuro, con una especie de polvillo blanco, como la común, o bien presentar franjas sobre un fondo de un color verde más claro, como la adecuadamente llamada Tigre.
Pero las más corrientes son las sandías grandes, esféricas u oblongas, que suelen venderse en porciones, y que generalmente, debido a su gran contenido en agua, son de carne mucho más pálida que las variedades pequeñas.
Cuando se compra una sandía hay que fijarse en que conserve el polvillo sobre la corteza y en que el punto que descansaba sobre la tierra sea de un color ambarino y nunca verde ni blanco.
Al golpearla debe sonar a hueco.
Si se compra en porciones, la carne no debe presentar fibras visibles ni tener vetas blancas y duras.
La sandía se come generalmente en rodajas o como parte de una ensalada de fruta.