Tiempo aproximado de lectura (en minutos): 1
Las que se usan en repostería vienen confitadas y glaseadas con un almíbar espeso para ayudar a su conservación.
Esto explica que sean tan pegajosas, y hace aconsejable lavarlas y secarlas, o bien tenerlas de 5 a 10 minutos en un colador puesto sobre una cacerolita de agua hirviendo y después secarlas, antes de agregarlas a la preparación de un pastel.
Si no se toma esta precaución, son demasiado pesadas y es posible que se vayan al fondo del pastel.
Espolvorearlas con harina ayudará a que ello suceda.
Por cierto que no es necesario lavar las que se reservan para decoración, ya que en este caso su encanto depende de su brillo reluciente.