La compra y conservación de las manzanas

Libro de cocina
[Gastronomía]


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Aunque evidentemente no hay que comprar las que presentan magullones y partes blandas, tampoco hay que desanimarse al encontrar manchas ásperas, opacas o marrones en una manzana sana.

Estas manzanas quedan espléndidas con queso y son buenas para cocinar.

Los que compran manzanas a nivel comercial prueban la madurez de la fruta aplicándole una presión suave alrededor de lo que podríamos llamar la cintura: si la piel se arruga ligeramente, la manzana está perfectamente a punto... pero para intentar esta práctica en una frutería hay que ser un comprador muy intrépido.

Una importante prueba de madurez de una manzana es la fragancia; además, la fruta debe ser firme.

Las manzanas siguen madurando después de cosechadas, así que si se han de guardar, deben extenderse de modo que no se toquen entre sí.

Si se quieren comprar en cantidad, por ejemplo en una granja, se guardarán sobre bastidores o bandejas especiales, que permitan la circulación del aire, en un lugar fresco, seco y oscuro.

Un desván fresco es un lugar ideal para guardar manzanas.