Los nísperos silvestres

Libro de cocina
[Gastronomía]


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Jamás se encuentran en las tiendas, pero a veces se ven crecer, silvestres, en los setos.

Parecen tacitas abiertas, de un cálido marrón dorado, y recuerdan al fruto del escaramujo, ya que cada uno termina en un cáliz de cinco sépalos.

Como no maduran en el árbol, para que sean comestibles tienen que estar ya muy próximos a «pasarse». Antes, se facilitaba este proceso guardándolos en paja o en salvado, salvo en las zonas más cálidas, donde maduran normalmente.

La madurez se reconoce fácilmente, porque el níspero silvestre verde es duro como una piedra.

Una vez maduros, generalmente se hacen al horno o se prepara con ellos una mermelada o jalea ligeramente amarga, o bien se retira la carne de la piel con una cuchara y se come con azúcar y crema.

El sabor y la textura hacen pensar vagamente en el mazapán.