Hortelano, chocha y agachadiza

Libro de cocina
[Gastronomía]


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La chocha y la agachadiza se cocinan a veces sin sacarles las entrañas, ya que debido a su hábito de excretar mientras vuelan son aves interiormente muy limpias.

El hortelano es la más pequeña de las tres.

Resulta casi demasiado pequeña para la tostada sobre la que se sirve.

Asados simplemente a la parrilla o, preferentemente, ensartados en una broqueta son deliciosos.

También se preparan envueltos en hojas de parra y se asan, bien bien juntos en la asadera, dentro del horno.

La chocha, moteada en un claroscuro de color hoja seca, tiene un pico largo que la caracteriza.

Se traga vorazmente casi todo lo que encuentra, y como resultado de su dieta omnívora de brezo, insectos, larvas y musgo, se convierte en una avecilla gorda, bien entrada en carnes para su tamaño; una chocha es la porción exacta para una persona.

Se asa simplemente con cabeza y pico, y una vez cocida se le abre la cabeza, ya que los sesos se consideran un manjar.

Se sirve sobre tostadas previamente untadas con las entrañas cocidas y aplastadas del ave.

La agachadiza es un animal más pequeño que la chocha, de pico similar al de ésta, y normalmente se prepara para la cocción cortándole la cabeza y sujetándole las patas al cuerpo atravesando ambos con el pico.

Se cocina como la chocha, pero su pequeñez ha llevado a la invención de un método de cocción que le es propio: atravesándole con el pico un ala o el cuerpo, se introduce en una patata grande vaciada y partida por la mitad, después se ata el conjunto cuidadosamente.

Cuando la patata está cocida, la agachadiza también lo está.

Lo mismo que la chocha, se sirve con la cabeza abierta para que se puedan comer los sesos.