La cocción de la carne de buey

Libro de cocina
[Gastronomía]


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Una carne buena y suculenta necesita pocos condimentos adicionales.

El raiforte y la mostaza son un buen acompañamiento para el rosbif, pero la salsa de éste es mejor cuando el jugo que queda en la asadera se reduce simplemente con un poco de agua hirviendo y quizás algo de vino tinto, sazonándolo simplemente con sal y pimienta.

La mayoría de las verduras van bien con el rosbif; en Inglaterra, el tradicioñal acompañamiento de la carne de buey hervida son las zanahorias, —que se sirven también con una especie de budines llamados dumplings— en tanto que el rosbif de los domingos se presenta con patatas al horno, chirivías y un Yorkshire pudding bien dorado.

En el consumo de carne de buey, los gustos han ido cambiando con el tiempo.

Hubo época en que se consideraba mejor la carne asada hasta quedar crujiente.

En la actualidad, son cada vez más las personas que prefieren el asado y el bistec poco hecho, e incluso casi crudo.

Los italianos (nunca muy renombrados como consumidores de carne) han introducido un nuevo manjar: el solomillo crudo, cortado tan fino que resulta transparente, como el salmón ahumado.