El pescado ahumado

Libro de cocina
[Gastronomía]


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Antes de ahumarlo, hay que salar el pescado.

Este proceso, que requiere que se lo remoje en una salmuera tan concentrada como para que una patata flote en ella, o bien que se lo frote con generosas cantidades de sal seca, mejora tanto el sabor del pescado como su conservación.

Después de salarlo se procede al ahumado, ya sea en frío o en caliente.

El contenido proteínico no se altera, pero las calorías se reducen.

Para encontrar un pescado ahumado de su gusto, el lector ha de probar diferentes variedades, ya que varían enormemente.

Algunos pescados son pálidos y han sido ahumados con madera de roble, en tanto que otros, mucho más salados, están cobreados artificialmente con matices rojizos o amarillentos.

Hay varias maneras de improvisar un ahumador casero en el jardín, ya que sólo se necesita un recipiente que haga de chimenea para el humo y un tiraje para el fuego.

Quien tenga la intención de ahumar mucho, podrá improvisar su ahumador con un barril.

Para los menos ambiciosos, ahumar en una caja al estilo escandinavo será mucho menos engorroso; es un aparato que se puede usar en el interior y con el cual se puede ahumar en caliente un pescado vaciado y salado de 1O a 20 minutos.

Estas cajas para ahumar vienen con un serrín especial, al cual se le puede agregar tomillo, romero o bayas de enebro, cuyo aroma dará al pescado una fragancia y un sabor mucho más apetitosos.

El pescado ahumado que se compra en las tiendas se conserva unos tres días, y hasta veinte en el congelador, El que se prepara en casa debe consumirse inmediatamente.

Sólo el pescado seco y salado se conserva durante mucho tiempo.