Plátanos

Libro de cocina
[Gastronomía]


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De esta fruta existen muchas variedades.

Los plátanos para cocinar tienden a ser más harinosos y menos dulces que los que se comen crudos, y con frecuencia se usan antes de que estén maduros.

Hay una variedád que se cultiva únicamente para hacer cerveza, y hay plátanos rojos, plátanos de color púrpura y plátanos rosados, como delgados y gordos como cerditos.

Los plátanos para mesa se cosechan cuando todavía están verdes y duros, y es posible que al llegar a las tiendas no estén aún del todo maduros.

Sin embargo, maduran rápidamente a temperatura ambiente, poniéndose primero amarillos, cubriéndose de manchitas cuando están a punto para comer y, cuando finalmente se ennegrecen, todavía sirven para hacer pan de plátanos.

Hay que tratar de comprarlos unidos en pequeños racimos y no sueltos, porque la piel de los plátanos sueltos puede estar desgarrada y dejar al descubierto la carne.

Los primeros plátanos que llegaron a Europa provenían del Caribe, y los primeros postres en que intervinieron se caracterizan por su sabor netamente criollo: azúcar moreno y ron, café como aromatizante y arroz o helado de café desempeñan en ellos un papel importante.

Los plátanos también se comen al horno con rodajas de limón o solos, servidos con cáscara.

El pollo Maryland suele ir acompañado de plátanos pelados, fritos en mantequilla.

En América central y en el Caribe se consumen los plátanos maduros hervidos, fritos o asados como integrantes de muchos platos.

Sin embargo, los plátanos son muy agradables frescos.

En rodajas, forman parte de muchos platos sabrosos, entre los que se cuentan curries y arroz a la criolla.

En las mezclas de frutas, su sabor levemente perfumado y su carne lisa complementan las frutas, jugosas o crujientes, como naranjas y manzanas.

Crudos o fritos, también van muy bien en budines.