Grosellas rojas

Libro de cocina
[Gastronomía]


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Hay gente a quien le encanta comerlas frescas, quitándolas de sus tallos con un tenedor y sirviéndolas con leche y azúcar.

Otros las prefieren mezcladas con otras bayas, o bañadas con una crema de vainilla para contrarestar su sabor ácido.

Son deliciosas con melón, y un ingrediente esencial de los budines de frutas.

Pero la preferida de todas las preparaciones que se hacen con grosellas rojas es la jalea.

Se come con oveja y cordero, o si no como mermelada, con croissants y mantequilla.

Agregue una cucharada cuando cocina col lombarda o hace una liebre braseada.

Si se le agrega oporto, zumo y cáscara de naranja, la jalea de grosellas rojas se convierte en la agridulce salsa Cumberland, que se come con jamón y carnes de caza.