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Es una pieza estimadísima, que se come cruda y viene de la provincia de Huelva, en España.
Curado en las montañas de la Sierra Morena, es delicioso con pan de payés.
Tiene la reputación de ser el mejor jamón del mundo, y aunque también se produce similar en otras partes de España, la de Huelva se considera la mejor.
Confundir el jamón serrano con el ibérico no es difícil para los que no somos expertos en la materia, que es lo mismo que decir la mayoría de consumidores.
Poco sabemos respecto a las diferencias entre ibérico, recebo, del país, serrano, de bellota, etc., y por eso tal vez solemos comprar el jamón español sin demasiado criterio, asumiendo que la palabra “jabugo” significa caro y, por contra, “paletilla” significa de baja calidad.
Partiendo de la base de que “la palabra ibérico se refiere a la raza de cerdo ibérico animal autóctono de la península”. Los jamones ibéricos, en comparación con los jamones de pata blanca, “son jamones mucho más estilizados, más alargados, con una caña mucho más fina.
Dependiendo del porcentaje de raza ibérica, también podemos destacar su gran cantidad de grasa superficial y, sobre todo, su valor nutricional y su calidad en carne”.
En el otro lado, “el jamón blanco procede de cerdos más rechonchos, con una alimentación más intensiva, habitualmente, y una superficie de grasa muy pequeña.
En cambio, en carne encontramos un mayor porcentaje y suelen tener un matiz en boca más salados que el ibérico”. La gran ventaja es que salen bastante más económicos.